La nueva urgencia de las PyMEs Argentinas
Cómo seguir siendo competitivas en la era de la inteligencia artificial
Durante muchos años, las pequeñas y medianas empresas del país relegaron la incorporación de tecnología a un segundo plano. Los obstáculos de siempre —inflación persistente, dificultades para planificar y restricciones para acceder al crédito— mantuvieron la atención puesta en la coyuntura. Sin embargo, hoy los desafíos han cambiado.
En 2025, más que la inflación, lo que empieza a inquietar a buena parte del empresariado PyME es la falta de competitividad.
Con un consumo interno aún deprimido y escasas alternativas de financiamiento, la sostenibilidad del negocio depende cada vez más de la capacidad para ser más eficientes y rentables. En ese camino, la inteligencia artificial (IA) se presenta como un factor decisivo.
¿Por qué la IA pasó de ser una novedad a una necesidad estratégica?
Actualmente, 6 de cada 10 PyMEs argentinas ya incorporaron soluciones basadas en inteligencia artificial, y su adopción responde a motivos concretos:
Diferenciarse en mercados cada vez más exigentes
Mejorar la productividad de manera sostenible
Acelerar procesos de innovación
Optimizar la experiencia del cliente
De hecho, la mejora en la atención al cliente es hoy la principal razón por la que muchas empresas están dando el salto hacia la IA. Le siguen el incremento de la productividad y la necesidad de mantenerse actualizadas tecnológicamente.
En la práctica, la IA ya se utiliza en áreas como:
Atención automatizada a clientes
Análisis inteligente de datos
Automatización de tareas rutinarias
Generación de contenidos
Optimización de procesos administrativos
Las firmas que han comenzado este camino reportan beneficios concretos: mayor satisfacción de sus clientes, equipos más enfocados en tareas de valor, mejoras en la calidad operativa y aumentos palpables de la productividad.
¿Qué obstáculos frenan la adopción tecnológica?
A pesar del avance, existen temores y resistencias culturales que impiden dar el primer paso. Según relevamientos recientes realizados durante 2024, las principales preocupaciones de empresarios PyME frente a la IA son:
Temor a la pérdida de puestos de trabajo (43%)
Riesgo de dependencia tecnológica (35%)
Ausencia de criterio humano o empatía (31%)
Posibles errores por malinterpretación de contexto (29%)
Además, un gran porcentaje admite no tener personal preparado para implementar tecnología. A esto se suma la incertidumbre sobre el retorno de inversión y los riesgos vinculados a la ciberseguridad.
De la resistencia a la acción: cómo convertir la IA en una aliada
Superar estas barreras no implica grandes desembolsos, sino cambiar la mirada sobre el uso de la tecnología. La competitividad no se logra sólo con software: se construye con liderazgo, capacitación y visión.
Estas son algunas recomendaciones clave para quienes buscan iniciarse o avanzar en este camino:
1. Capacitar y reconvertir equipos
La IA no reemplaza personas, pero sí libera tiempo operativo, permitiendo que el capital humano se enfoque en tareas más estratégicas. Invertir en formación genera valor a mediano plazo.
2. Empezar por lo simple, pero efectivo
Muchas PyMEs comenzaron automatizando respuestas frecuentes en canales de atención. Un chatbot bien implementado puede transformar la experiencia del cliente desde el primer día. Otras áreas de entrada posibles: análisis de datos, generación de contenido, facturación y seguimiento administrativo.
3. Medir los resultados
Establecer objetivos concretos —como reducción de tiempos, aumento de ventas o mejora en satisfacción— permite evaluar con claridad si la inversión en IA está rindiendo frutos.
4. Proteger los datos y priorizar la seguridad
Trabajar con proveedores confiables, implementar protocolos de resguardo de información y concientizar a los equipos sobre buenas prácticas es parte del proceso de modernización.
5. Desarrollar un liderazgo más humano
La IA es una herramienta. El liderazgo debe seguir estando en manos humanas, capaces de interpretar, empatizar y decidir. La tecnología potencia, pero no reemplaza el juicio humano.
En conclusión
La inteligencia artificial dejó de ser un lujo para grandes corporaciones: hoy es una palanca de crecimiento al alcance de muchas PyMEs.
La clave está en animarse a explorar, dar pasos concretos y sobre todo, sostener una cultura de aprendizaje continuo.
La competitividad del presente y del futuro será de quienes se atrevan a combinar tecnología con liderazgo humano.
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